Llegada cierta edad o a cierto grado de conciencia, muchas mujeres nos descubrimos cansadas y, por encima de eso, insatisfechas y desmotivadas. Quizá te sientas así y ahora tengas que reconocer que has preferido conformarte con esa situación -seguramente, cada vez más incómoda- en vez de buscar una solución; pero ahora estás dispuesta a leer atentamente las líneas que aquí encuentras.
CREENCIAS Y EMOCIONES LIMITANTES (III parte)
Todavía no entiendo cómo es posible que estemos obligadas a aprender tantísimas cosas, que con el paso de los años son totalmente inútiles y que algo tan básico como adiestrarnos en la gestión de nuestras emociones y la transformación de nuestras creencias no forme parte en de nuestra educación. ¿O es que acaso tú no tienes pensamientos negativos, repetitivos, que te atormentan y te generan un estado de ánimo pesimista, deprimente, que te llevan a sentir miedo, culpa, ansiedad o cualquier otra emoción inadecuada?
Pues resulta que eventos aparentemente con o sin importancia, vividos en nuestra infancia, conceptos repetitivos que escuchamos de adultos a los que les otorgamos una autoridad…, se convierten en nuestras creencias. Y esas creencias (y no me refiero a creencias religiosas ¡ni mucho menos!), hacen que interpretemos la realidad de una manera o de otra y, por tanto, que disfrutemos la vida de una forma o de otra.
No en balde Henry Ford afirmaba:
“Si crees que puedes, es cierto. Si crees que no puedes, también lo es.”
La buena noticia es que todas las creencias inadecuadas que nos condicionan y nos limitan se pueden identificar y…, una vez identificadas, se pueden transformar. Y además de eso, quiero que sepas que, cualquier creencia que consideres adecuada la puedes instalar en tu sistema. Es como si decides modificar el software de tu mente, casi de la misma manera que hacer clic en tu ordenador. ¿Te parce mentira? Resulta que está científicamente comprobado: hay métodos que puedes utilizar para hacerlo de manera fácil, rápida y efectiva.
Para ello puedes contar con ayuda profesional, sí lo deseas puedo acompañarte en ese proceso o, lo que es mejor aún, aprender el método para aplicártelo a ti misma (¡y a los tuyos!), en cualquier momento, en cualquier circunstancia, para cualquier tema.
¿Qué te parece?
Suena bien, ¿verdad?
Pues a qué esperas, infórmate ahora mismo y decide qué quieres, que un profesional te facilite los cambios o aprender tú para aplicártelo a tu conveniencia.
Estamos en la era del cambio.
Ahora el cambio depende de ti.
¡A por ello!
Reprográmate… y ¡permítete brillar!
Un comentario
Estoy interesada en recibir informacion.
Me gustaria mucho hacer el curso de salud pero mas adelante.