Este es uno de tantos ejemplos que puedo contar acerca de la magia que se produce con PSYCH-K® en una sesión de coaching online. Y lo cuento para que tú -que lo estás leyendo-, te decidas a hacer una sesión por Skype, y así liberarte de esos condicionamientos que te impiden disfrutar de la vida todo lo que te mereces. Quizá ni siquiera sepas qué te condiciona. No importa, se descubre en la sesión.
Esto es el resumen de una de tantas. Lee y descubre las recónditas conexiones que se producen en nuestro interior y que nos coartan hasta límites insospechados.
Ruth, buscando una facilitadora de PSYCH-K®, nos localizó por internet. Intercambiamos algunos correos, nos pusimos de acuerdo en el día y la hora, y conectamos vía Skype.
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“Tengo una larga lista, pero lo primero que quisiera conseguir es poder ver la tele, poder ver una película hasta el final, sin tener que dejarla a medias, porque siento miedo, pánico más bien, e impotencia, rabia, y me entran unas terribles ganas de llorar”, fue su primera petición.
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Le pedí que conectara con esos momentos en los que sentía ese miedo y esas ganas de llorar. Lo testamos. Dio débil. Hicimos el balance, y cuando las dos volvíamos a estar con los ojos abiertos, ella me comentó que primero había sentido mucho agobio, que el corazón se le había puesto a cien, pero que luego se le pasó.
Cuando hacemos una sesión de coaching online por Skype, el facilitador se subrroga en el compañero (cliente), testa en si mismo y siente como si fuera el cliente. Así, durante este primer balance yo rompí a llorar (con lágrimas de verdad, no en la imaginación) y a gritar desesperadamente (eso sí que fue en mi interior): “¡¡¡¡Mamá, mamá, mamá…!!!”
Se lo comenté y le pregunté si esa información le decía algo. Su respuesta me estremeció: “¡Sí!, de pequeña, en muchas ocasiones vi como mi mamá se desmayaba y, caída en el suelo la seguían pegando.” También me dio el dato que la primera vez que eso había sucedido ella creía tener 9 años.
– “¿Y eso cómo te hacía sentir?, pregunté.
– “Desesperada, impotente… Sentía miedo”, me contestó.
– “Bien, pues vamos a balancear eso”, le dije.
Me costó dejar de llorar e incluso estaba un poco asustada por lo mucho que me había afectado y hasta tenía cierto temor que me fuera a poner peor. Hicimos el siguiente balance. Ella lloró profundamente, liberó y yo, para mi sorpresa, estuve más tranquila. Eso sí, me llamó la atención que con mucha claridad viera una casita de pájaros. No tenía ni idea qué significado tenía, pero sabía que mi compañera me lo iba a decir.
Efectivamente, me dijo que tenía una en su casa de Rusia, que le gustaba, porque se la había hecho su papá; que en su país eso era común. (Yo nunca he estado en Rusia ni sabía que eso es habitual allí). Le pregunté que si él aún estaba vivo. Me dijo que había fallecido cuando ella tenía 14 años.
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– “¿Cómo te sentiste?”
– “Aliviada”, me contestó.
– “¿Y qué sentías hacia tu papá?”
– “Odio…, y también pena, porque era mi padre”.
Hicimos ese último balance. Al abrir los ojos a ella se la veía muy tranquila y así me lo confirmó con sus palabras, y yo había pasado de cuestionarme desesperadamente ¿por qué?, a conectar con una energía de aceptación. Lo que me terminó de calmar y me dejó con una agradable sensación de bienestar fue la imagen de un lago, rodeado de bosques, las montañas al fondo y un precioso cielo azul. Y la sensación de que me gustaba ir a ese lugar a pasear, a relajarme.
Cuando se lo cuento, su rostro se ilumina y me dice: “Vivía en los Urales, cerca de un lago, ese paisaje me encanta, lo echo mucho de menos.”
Ahí terminamos la sesión de coaching online y en una semana nos reencontraremos por Skype para abordar otra situación.
Ella estaba impresionada. Me dijo que por mucho que hubiera leído y visto en vídeos acerca de PSYCH-K® y de otras técnicas, nunca pensó que pudiera tener una experiencia tan fuerte y profunda, que pudiera llegar a llorar (me confesó que le cuesta mucho), y que la sesión había estado muy por encima de sus expectativas.
¿Y tú? ¿A qué esperas? ¿Qué quieres soltar…, dejar atrás?
¿Cómo sueñas que sea tu vida?
Podemos diseñarla y crearla a tu gusto.
Es sólo cuestión de reprogramación.
¡CUENTA CONMIGO!
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