ESTE ES UN EJEMPLO DE UNA DE TANTAS SESIONES
QUE HE TENIDO LA OPORTUNIDAD DE FACILITAR.
QUIZÁ TE VEAS REFLEJADA, AUNQUE SEA PARCIALMENTE,
Y TE DECIDAS A EMPEZAR.
Selena buscaba un coach y me encontró por Internet, como probablemente has hecho tú que estás leyendo. Llevaba muchos años visitando diferentes profesionales sin encontrar remedio a su situación.
En la primera sesión con mi modalidad, Coaching de Reprogramación, me dijo que estaba de baja por vértigo, debido a exceso de trabajo y a un sobresfuerzo prolongado por atender a su madre, que además de haber caído enferma, tuvo complicaciones de riñón y corazón por negligencias médicas. Eso la llevó a dejar de hacer ejercicio físico regularmente, situación que aumentó su estrés, su desquicie y su poca paciencia.
También me comentó que a raíz de la enfermedad de su madre se había quedado con una gran aprensión y miedo a perderla, a que muriera, miedo que ya consideraba excesivo y obsesivo; con una tensión que le había provocado bruxismo (tensión mandibular nocturna) y, con respecto al vértigo, me dijo que la primera vez lo había sufrido a los 16 años.
Le propuse que hiciéramos algunos balances de PSYCH-K®, que es la método que hace que haya llamado Coaching de Reprogramación a la metodología de creación propia que uso con mis clientes.
Aunque de entrada su sistema no dio permiso para hacer un balance (nombre que tienen la mayoria de los procesos de PSYCH-K®), a su situación actual de estrés y vértigo, sí pudimos hacer otros balances:
– uno para soltar el miedo a perder a su madre,
– otro para aliviar su bruxismo y
– otro para liberar las secuelas resultantes del episodio de vértigo sufrido a los 16 años.
De cara a que te sea más fácil entender los comentarios que me hizo en la segunda sesión, mencionar que también surgió hacer un balance a la rabia que sentía hacia ciertas personas del colegio en el que había cursado sus estudios, al punto que ese sentimiento le impedía asistir a celebraciones en ese centro de sus sobrinos y otros familiares.
Se fue contenta y muy sorprendida de la facilidad y rapidez con la que se habían disuelto sensaciones y bloqueos que llevaban tanto tiempo limitándola y agobiándola.
Al comienzo de la segunda sesión me comentó que en las últimas 3 semanas:
– no había vuelto a pensar en la eventual muerte de su madre ni a sentir temor por su pérdida,
– que su bruxismo había mejorado notablemente,
– que se le había ido la rabia que sentía hacia el colegio -pues tuvo ocasión de comprobarlo en esas semanas-,
pero que ciertos miedos, los episodios de vértigo y los síntomas asociados (sudor frío en manos y pies, nauseas y sensación de desmayo), habían ido en aumento.
Recurriendo a algunas preguntas poderosas que tan efectivo hacen al coaching, descubrí que ese miedo venía de algo que le había oído decir a su madre al médico el día que con 8 años se desmayó en el parque. Y siendo que había sido una niña sobreprotegida, sus miedos con los años se habían diversificado y habían ido en aumento limitándola a coger el coche sola en distancias un poco largas o a viajar, y recientemente, a estar sola en casa por las mañanas, entre otros. .
Como su sistema no dio permiso para balancear todos los miedos juntos (en PSYCH-K® antes de proceder todo se testa, lo que lo hace un método enormemente respetuoso), empezamos por el miedo a estar sola por las mañanas.
Así y todo, lo que hasta ese momento me había contado Selena no me parecía suficiente como para que tuviera repetidamente ataques de vértigo precedidos de mareos con sensación de desmayo. Por eso le pedí que me dijera la primera imagen que le viniera a la mente al evocar el episodio del desmayo en el parque.
En ese momento me confesó ruborizada, que en el parque, cuando se alejó de su familia para ir a ver los gorgoritos, había sentido el mismo miedo que cuando unos años antes le habían dicho que era una niña adoptada. En ese momento le entró un enorme temor a que una desconocida (su madre biológica), apareciera para arrancarla de su hogar y arrebatarle la familia que tanto cariño le había dado.
Ese balance costó un poquito, pero una vez finalizado sí que obtuvimos permiso para balancear todos los demás miedos juntos. Ese último balance se llevo algo más de tiempo de lo habitual, si bien todo lo relatado hasta aquí sólo se llevo un total de dos horas, una hora por sesión de coaching.
Se marchó feliz y liberada,
con una perspectiva distinta.
Sintiéndose más cerca
de la nueva vida con la que soñaba.
Nos emplazamos para una tercera y última sesión de coaching, para hacer un ‘balance de relación’ con su madre biológica (y superar así cualquier limitación que el rechazo como el que le profirió su madre dejara de afectarla inconscientemente el resto de su vida), y algunos otros balances para materializar fácilmente la vida que diseñe.
Con PSYCH-K® es muy fácil superar situaciones, por muy bloqueadas que hayan estado durante años. Los resultados son casi inmediatos, tanto emocional, como mental y físicamente. Y lo más mágico de este método -científicamente comprobado que optimiza como ningún otro los resultados del coaching-, es la velocidad a la que los cambios se manifiestan en lo cotidiano.
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